Colocar a un familiar en un centro asistencial es un paso difícil que a menudo va acompañado de dudas. También porque los afectados normalmente prefieren quedarse dentro de sus propias cuatro paredes, con las que asocian historias de vida y recuerdos. ¿Es la decisión correcta? ¿Podemos pagar por eso? Estos pensamientos preocupan a muchos familiares.

A veces, el dormitorio deseado no tiene espacio disponible. Entonces normalmente existe una lista de espera. Es posible que el asilo de ancianos no cobre una tarifa, pero si la familia puede hacer algún aporte, este será bienvenido, aunque hay libertad de cambiar de casa incluso si se descubre que la casa no cumple con las expectativas y encontrar el ancianato adecuado de acuerdo a la capacidades económicas de la familia.

La imagen de las residencias de ancianos todavía está muy dañada y probablemente todo el mundo habrá pensado en ello después de visitar una residencia de ancianos: Definitivamente no quiero envejecer así, sino con dignidad. ¿Pero qué significa eso realmente? En primer lugar, probablemente se trate de poder envejecer sin preocupaciones. Quiere mantenerse lo más en forma y saludable posible y estar bien atendido. Una excelente atención médica o el suministro de alimentos y bienes materiales necesarios es al menos tan importante como recibir amor, afecto y respeto. Cualquier persona que debido a su propia condición ya no pueda valerse por sí misma necesita urgentemente el apoyo de familiares o especialistas capacitados. Quizás sea el momento de abandonar la idea de que no se quiere envejecer en un hogar geriátrico bajo ningún concepto.